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Channel: maternidad – Pitonizza Punto Com

El día que casi muero absurdamente

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Ayer lunes, tenía muchas cosas que hacer, típicas de un lunes. Ir al banco, llamar a los clientes, hacer citas, tareas pendientes que me tienen complicada la agenda. Incluso, para poner más feo el asunto, me había comprometido con mi hermana a asistir a la reunión de padres de familia de mi sobrino, dado que ella no podría ir. Pues bien, me desperté, como todo lunes, odiando mi alarma, que con los suaves acordes de Wings,”Let’em in” me retira de la tierra de los sueños para iniciar un nuevo día de trabajo.

Fui a dejar a mi pequeña estudiante. Día lunes, minuto cívico, la niña debe llegar temprano para cantar las sagradas notas del Himno Nacional, detestaría que llegue irrespetuosamente tarde. Ya de regreso, unas puntadas en mi cabeza, como agujas clavadas desde dentro de mi cerebro, me lastimaron. Me recosté un rato antes de salir. Tenía una cita importante a las 10 am, toda la ropa lista sobre la cómoda, los zapatos, la cartera, todo listo para vivir la vida. Pero el sopor era más poderoso, y me quedé dormida sin notarlo.

11 am. ¡Ya no llegué a mi reunión! Apago el celular para poder morir en paz. Pues el dolor de cabeza me hacía sentir como si los sesos se me saldrían por los globos oculares.

12:30. Hora de salida de mi hija. Tengo que irla a retirar. Pero no podría enfrentarme al mundo, estaba muy débil, sentía que mis piernas no podían conmigo. Mi madre fue a verla a regañadientes, pues de momento pensaba que yo tenía simple pereza por trasnochar en Internet. Pero al ver que a esas alturas del día mi laptop estaba guardada en su maletín, ella comprendió que no era teatro mi malestar. Además detesto inspirar lástima.

13:30 No describiré detalladamente esta parte de la historia pues es muy desagradable. Nada escatológico, gracias a Dios, pero igualmente asqueroso. Mientras, entre lágrimas, veía a mi hija observarme impotente, con el dolor en su mirada, como pensando “¿qué le pasa a mi mamá?” Y de hecho, me lo dijo “mami, no te mueras…”. Sin exagerar, realmente pensé que me moriría. Nada tenía importancia, mi malestar era tan absorbente que todo se puso en perspectiva. Ni mi trabajo, ni las cosas pendientes, ni la reunión importante que había perdido. Todo era nada al pensar que podría morir. Tan absurdamente, tan estúpidamente. Tan poco elegantemente.

17:00 Tras vomitar la vida horas antes, al despertar sentí que el alma regresaba a mi cuerpo. Un leve temblor azotaba mi cabeza, pero ya estaba bien. Prendí mi pc. Twitterland no había notado mi ausencia. Pitonizzaland seguía igual, atrayendo pajeros, suicidas y desesperados en busca de hechizos. Nadie se imaginaba que la perturbada que escribe aquí estuvo en el umbral del cielo (o del infierno).

Al ver el mundo tan igual, tan intacto sin mi presencia, reflexiono:

  • nadie es imprescindible
  • si un día faltara, nadie lo notaría
  • ¿cómo se darían cuenta de que he muerto? ¿Porque ya no hay dos posts diarios?
  • para la única persona que importo es a mi hija. Eso es suficiente para mí para seguir viviendo.

Cuando muere un niño…

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Una noticia desoladora apareció hoy en el diario. Una niña de aproximadamente 2 años y medio fue arrollada por un carro en la puerta del garaje de su casa. Su cuerpecito quedó destrozado en la vereda. Lo que más me ha conmovido es que aquella niña era compañera de aula de mi sobrino. La recuerdo vagamente, era la más chiquitita de toda la escuela, usaba tirantes pues de otro modo su faldita de tablones se caería. Recuerdo a su padre esperarla en la puerta de la escuela, mientras ella corría a su encuentro. La recuerdo de lejos y aunque de su voz no me acuerdo, no pude contener las lágrimas. ¿Porqué muere un niño de una forma tan absurda? ¿Porque apenas al abrir los ojos al mundo tiene que suceder?

No me puedo imaginar la magnitud del dolor de aquella madre. Yo renegaría de Dios, mataría al chofer, me mataría. Esa pena debe ser inconmensurable, la impotencia, la frustración, el ver los trazos que apenas estaba aprendiendo a hacer, sus muñecas, su cama vacía.

Mas tarde, una predicadora en el bus pregonaba a viva voz: “El Señor da larga vida a quienes siguen su palabra”. Quise pararme y arrancarle la Biblia de las manos. Sacar las palabras de contexto para demagógicamente ofrecer una vida larga a cambio de una bendición y, como no, unos caramelos que vendía, más la promesa de “larga vida”. Según esa lógica rudimentaria, si me hago bendecir, me garantizo una larga vida a mi, a mis hijos, viviré como Matusalén y seré invulnerable a los carros y al cancer al pulmon. Hablar de Dios para vender caramelos, panfletos, pedir limosnas u ofrendas para construir templos, a cambio de “parar de sufrir” equivale a una prostitución sacra. No creo que Dios esté tras esas sucias transacciones.

Ahora, aquella niña “es un angelito”. O sea, mientras vivió, ¿no lo era de cierta manera? Todos lo somos. Cuando tenemos esa inocencia somos ángeles creadores, clarividentes, limpios de corazón. Es la vida la que nos va “manchando”. Y nuestra condición de humanos que nos va dominando. Dudo en la existencia de cielos a los que se va a vagar o infiernos a los que se va a pagar. Dudo que Dios sea un ente vengativo, que castiga a aquella madre arrancándole el fruto de sus entrañas, por muy pecadora que haya sido.

Mis creencias tienen más tendencia oriental. Creo en la reencarnación, como esperanza y respuesta a estas interrogantes. Un niño que nace y muere a los pocos años, tal vez cumplió una misión, quizá encarnó para unir a sus padres de cierta manera, qué se yo. Y queda la esperanza de un reencuentro, no en un utópico cielo, sino en otra vida, para seguir aprendiendo hasta quemar el karma y evolucionar juntos. Puede ser una “religión a mi medida”, por eso prefiero ser espiritual, no religiosa y educar a mi hija en principios no en dogmas. Quién sabe hasta cuando estemos juntas.

Traductor de bebés

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Tengo probada experiencia criando una hija y medio ayudando a mi hermana con mis dos sobrinos. Mi hijo menor (mi sobrino), es un pan de Dios, suave como una cereza, con cachetes mordibles, ojos vivarachos y pícaros hoyuelos. Tengo el placer de bañarlo casi todas las noches desde hace 4 meses que nació, de modo que él se ha encariñado con la tía Piqui (nombre ridículo con el que me hago llamar de mis sobrinos). Esta experiencia maternal y “tial” me hace comprender los bramidos, gruñidos, lágrimas, agús y sniff de los bebés. Aunque no siempre funciona. Les transcribo un diálogo entre mi sobrino y yo. La traducción del idioma “bebé” al español la pongo entre paréntesis y con cursivas:

Bebé: Aguuu, gu, rrr… (llama a mi mamá)
Pitonizza: ¿Que quieres mi vida?
Bebé: Guuu… mmmm… rr (qué eres sorda o qué te pasa, que llames a mi mamá)
Pitonizza agachandose a besar al bebé: ¡Qué lindos sonidos haces mi reycito!
Bebé: Aguugugu… rrr.. mmm.. gu.. ma…uu rr (Esa música infernal que escuchas te volvió loca tía, no me beses, que la boca te huele a café).
Pitonizza upando al guagua: ¡Venga con tía Piqui! ¡Eso, arriba mi vida!
Bebé: Guuu… rrr…aaaaguuuu, gu! (No me lanzes al techo, te voy a denunciar por maltrato al menor, ¡mamá!, ¡salvame!)
Pitonizza dejando al bebé en la cama: ¿Quién es el bebé más bello del mundo?
Bebé: agugugu… mmm…rrr…aggu! (Yo pues, diles a los de Huggies que no quiero ser imagen de la nueva campaña y llama a tu hermana que quiero teta!)
Pitonizza volviendo a upar al bebé: ¡No soporto dejarte en la cama, vente para acá mi vida! Muaa!
Bebé molesto al punto del moco y baba: guguguuuu…rrrrr….aguu! (qué, ¿¡no entiendes que quiero teta?!)
Pitonizza intuyendo algo: ¿Quieres teta papito?
Bebé, pateando las tetas de Pitonizza: ggguuuuugugugu, agu! (tetas como las tuyas me interesarán en quince años, ahora quiero tetas llenas de leche, ¡llama a tu hermana carajo!)
Pitonizza revisando al bebé: ¿Te habrás hecho caquita?
Bebé, llorando: whaaa, waaa, guuuguu (No, cómo voy a cagar si no he comido, ¡qué muda eres!)
Pitonizza extrañada: No, estás limpiecito, ¡Sister!, ¡ven que no sé qué le pasa al niño!
Bebé: guuugu! angugugugu… gu! (Al fin mi alimento, ya safa tía que tus tetas solo son entretenimiento, no nutrición)

Así, una vez más he comprobado que mi intuición va en proporción inversa con mi edad. No termino de comprender a los bebés, pero me encantan, asi tengan 4 meses o 23 años.

Niños índigos

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¿Pobladores de la Nueva Era o simplemente Muchachos Malcriados?

Soy una entusiasta seguidora de todo lo que tiene tinte new-age. Pero, quienes hayan leído un par de semanas este blog, pueden dar fe de que no soy ninguna borrega que sigue tendencias solo porque  se ponen de moda. Cuando algo me parece sin sentido, lo digo. A continuación un análisis extraoficial, esotérico e irreverente sobre la oleada de niños de la nueva generación. ¿Son “niños índigo”? ¿Hiperactivos? ¿O simple y llanamente, muchachos malcriados?

Niños Índigo:

Todos los seres vivos tenemos un “halo” que nos rodea. Aura le llaman. En las personas de conciencia elevada, este aura tiene hasta 2 metros de amplitud. Es decir, que en la metrovía, todos los demás conciudadanos invaden nuestras auras contaminándola con sus karmas y suciedades metafísicas. Por eso yo detesto las aglomeraciones de personas, jamás uso ascensores y prefiero caminar a subirme en un bus atestado. Bien, pero, ¿a qué viene la definición de aura a todo esto? El aura, cuya existencia no se ha podido demostrar científicamente, denota rasgos de nuestra personalidad, salud, estado emocional, entre otras sutilezas. Todo aquello se puede interpretar con el color que predomine en el aura. Desde hace un par de lustros, una avalancha de niños con aura color índigo encarnaron para asegurar el control del mundo una vez que termine toda la revolución climática, política, económica, social, cultural entre muchos más etc.

¿Cómo reconocer a un niño índigo? ¿Es mi hija índigo?

  • Tiene una “mirada adulta”. Mi hija tiene mirada infantil y rosada, no índiga.
  • Detesta la injusticia. Mi hijita me ha salido con preguntas esotéricas como que porqué esa niña que es más pequeña que ella vende lotos. “Mami, ¿yo también deberé vender lotos para vivir?”
  • Se rebela ante canones establecidos de la sociedad. Es muy dificil ponerle reglas e imposiciones. Si le digo a mi hija “haz esto porque YO lo digo”, se encoge de hombros y me deja sola. Si yo le hubiera respondido así a mi madre, talvez no habría necesitado ortodoncia.
  • Capta con facilidad. Creo que todos los niños sanos lo hacen.
  • No acepta castigos, hay que razonar con ellos. Dudo mucho de esta teoría. Esto es material para otro post.

Como ven, no hay pruebas suficientes para enmarcar a un niño como índigo, solo por el hecho de ser más suspicaz (pilas, como dice el argot popular). Los fuertes estimulos a los que sometemos a nuestros hijos desde que están en la panza pueden ser los responsables de su desenvolvimiento. Mi hija escuchaba música desde que vivía en mi útero, yo le ponía Mozart y Radiohead. Creo que desde ahi, la fui haciendo especial. Al saltar al mundo, la atiborré de elementos de estimulación temprana, le di masajes, le hablaba muchísimo, le hice reiki… hicimos muchas cosas mientras era una bebé.

Ahora que mi hija es una pequeña señorita de 5 años, actúa como tal, como una señorita de 5 años, traviesa, inquieta, muy despierta e inteligente. Se lo atribuyo a Radiohead y Mozart, pues no he podido fotografiar su aura para demostrar que en realidad es índigo y tiene una misión clave en el mundo post apocalíptico en el que le tocó nacer.

¿Aborto terapéutico?

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Después de leer esta historia, este viaje al corazón de otras personas, no puedo dejar de escribir este post.

  1. ¿Quienes somos para decidir si una vida debe “podarse” por supuestos defectos que la ciencia médica podría subsanar?
  2. ¿Está nuestra comodidad por sobre la vida de un ser sin poder de decisión?
  3. En un caso de embarazo por violación ¿castigamos al ser menos responsable de todo?
  4. ¿La vida de la madre tiene más valor que la del feto? ¿Cuando un feto es ya una persona?

feto
No puedo compartir la postura de feministas que abogan por los “derechos de la mujer sobre su cuerpo”. Es como si yo, conduciendo mi vehículo, me sintiera con derechos sobre la vida de quienes se trasladan ahi, porque “es mi vehículo”.

Una mujer que sufrió una violación debería ser apoyada, recibir tratamiento psicológico y soporte emocional para que enfrente la involuntaria situación de un embarazo no deseado, esperar un hijo de un delincuente. O en casos de incesto, que dolorosamente son ciertos, y más frecuentes que lo imaginable. Estos tristísimos y dramáticos casos pudieran resolverse con terapias vivenciales para superar el terrible trauma, que conviertan la rabia y la frustración de haber sido violentadas en su intimidad, en amor por un ser que se podría volver su consuelo. Que lejos de la creencia que ver a ese niño le recordaría el violento hecho, con la terapia adecuada, estaremos forjando una estrecha relación madre-hijo, basada en el amor. ¡Esta debería ser la postura de la sociedad!

Claro, hay casos y casos. Casos en los que el embarazo jamás llegaría a término, arriesgando ciertamente la vida de la madre. Casos en los que comprobadamente el feto no tiene un cerebro funcional dentro de su cavidad craneal, rarísima condición en la cual el producto es un humanoide que nacerá sin poder sobrevivir más de unas horas. A estos remotos casos pudiera limitarse las leyes por un aborto terapéutico por el cual se protege la vida de la madre.

Este es un tema delicadísimo con muchísimos bemoles, cuyo debate abro en este artículo, esperando reacciones que aporten ideas, que no busquen “convencerme” sino enriquecer lo aquí planteado. Una postura radicalmente en contra a mi opinión pudiera servir de contraste, de manera que terceras y cuartas personas que lleguen a este blog tengan un panorama un poco claro, pudiendo tomar la decisión adecuada. Abro pues los comentarios reiterando mi posición: no estoy de acuerdo con el aborto casi en ningún caso. Casi.

Duelo que duele

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Estoy de luto y no sé por cuánto tiempo durará el dolor. Quizá el tiempo lo mitigue y se transforme en conformidad, pues me rehúso a utilizar la palabra resignación. La muerte es el fin del dolor físico, que nadie merece, mucho menos alguien tan amado. Así que egoísta sería yo al querer retener su deteriorado cuerpo, que al fin y al cabo, era perecedero, mas nunca el amor, que es infinito. Los recuerdos ahora son llagas vivas que duelen. El tic-tac del reloj hace eco en esta casa vacía y enorme en la que se ha convertido dado el incomensurable espacio que era llenado con su presencia.

Ya no estás madre de mi alma, autora de mis días, estrella de mi cielo. Ahora, aunque nunca más veré tus ojos color miel, nunca más besaré tus blanquísimas manos de seda, guardo como el tesoro más grande ese beso que el día jueves depositaste en mi mejilla. Quisiera emularte, poder ser una décima parte de lo buena madre que tú fuiste, que ya es bastante… seguiré tu ejemplo de mujer luchadora, que nunca se quejó ante el insoportable dolor que aguantaste, intentaré ser como tú, como una roca que no se erosiona fácilmente, aunque por dentro esté deshecha, seguiré… por ti.

Hasta siempre mamita… nunca te olvidaré.

P.R.

Queridos lectores:
No sé cuando vuelva a escribir. Seguramente muy pronto, pues mi madre era una de mis asiduas lectoras, quien disfrutaba de mis posts; algunos la enojaban, como los posts anti-religiosos, otros la enorgullecían, como mis campañas de apoyo a las mujeres que están al borde del suicidio. Ella se alegraba con mis logros, me ponía en la perfecta perspectiva a los trolls de este blog, dándoles la justa importancia que tienen: ninguna, diciendome “Sigue escribiendo Priscilla”. Y seguiré haciéndolo. Pero no sé cuándo regrese la inspiración a mí. Quizás mañana regrese a mi habitual ritmo de 3 posts diarios, con la ayuda de mi novio, volveremos a llenar de contenido de interés general este espacio. O talvez pasen días sin poderme acercar al teclado. Pero por el momento, en un justo homenaje a esa grandiosa mujer que ahora forma parte del firmamento, cierro el blog. Volveré, pues ella así lo desearía. Sólo que no sé predecirles cuándo.

NO a la pedofilia

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pornografia infantil

Hoy 20 de noviembre, los blogs elevamos nuestra voz al unisono para gritar NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL. Puede que sea inutil. Lo más probable es que sigan haciendose busquedas perversas. Nuestros posts no van a detener a los pederastas. Sin embargo, me uno a la campaña esperando crear conciencia en todo aquel que sea padre o tenga un niño a su cargo. Los pederastas están ahi, disfrazados de niños, chateando con tu hijo, haciendose pasar por una amiga, tratando de sacarle fotos obscenas, conversaciones inapropiadas, intercambiando material pornográfico, ultrajando su inocencia. ¿Sabes con quién chatea tu hijo/a? ¿Has visto las fotos que sube a Facebook o en el peor de los casos, al Hi5, donde el descontrol impera y las niñas se muestran lascivas, incitantes, lujuriosas a su corta edad? La Internet es peor que la calle, pueden encontrarse cosas interesantes, pero también hay mucho hedor, muchas alimañas, mucha maldad.

Toma tu tiempo de mirar este vídeo para tener una idea de la gravedad del asunto.

Si tienes un blog, únete a esta campaña. Escribe un post y coloca el banner de la campaña contra la pedofilia. No es necesario que me linkees. Solo expresa tu repudio, haz que tu audiencia cree conciencia sobre estos tristes hechos. Que cuando los pederastas pongan en Google alguna de sus malsanas búsquedas, aparezcamos nosotros y nuestro firme rechazo a estas lamentables situaciones.

Grinch en el Día del niño

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Cuando yo era una niña pequeña, y celebrabamos el día de la Madre y el Padre, solíamos decir “debería haber un día del Niño”. No recuerdo que hace 30 años se hicieran fiestas en la mitad del año para festejar a los niños solo por su condición de niños. Si bien es cierto, es loable el recordar los Derechos de los Niños, el crear esta nueva “Navidad” en la que los niños no tienen clases sino fiestas en la escuela, y se los llena de caramelos no es sino otra forma de seguirlos malcriando. El día del Niño es una pequeña Navidad de la cual los comercios sacan provecho. El mes de más bajas ventas al año ahora repunta, y se nota la oferta en los diarios que muestran publicidades de jugueterías y restaurantes de comidas rápidas.

Los niños de hoy en día están acostumbrados a tener de todo. Raro es el niño de clase media que no tenga en su dormitorio un televisor, algunos hasta tienen su propia computadora, laptops y celulares de última tecnología.

Y qué dicen los pequeños al respecto:

- Pero mami, ¡Jaimito tiene un Samsumg con mejores juegos que mi Blackberry!
- Esta consola ya está pasada de moda mami.
- Mami, ¿sabías que ya no se están usando las blusas cortas, sino largas como vestidos?
- Las Barbies son para niñas mami, ¡yo ya tengo 8 años!
- Pero mami, ¡quiero ver la película en 3D!
- Mami, como crees que voy a usar esta camiseta de Spiderman, a mi me gusta Ben 10.

Es común escuchar estas quejas de parte de niños y niñas. Independientemente de que si sacan buenas notas o no en la escuela, los niños reciben obsequios carísimos. Y aunque tratemos de poner límites, siempre hay un tío bonachón que le da 20 dólares a un niño de 5 años, ¡sin motivo!

Criamos pequeños mounstruos que no tienen conciencia del valor del dinero. El darles más regalos los vuelve cómodos, avaros, “quierelotodo”. Talvez sea para expiar un poco nuestro sentimiento de culpa como padres, pues al contrario que la mayoría de nuestras madres, ambos padres trabajan y tienen muy poco tiempo para compartir con sus hijos. Yo fui criada a la antigüa, y no crecí con un trauma odiando a mis padres porque no celebraban mis cumpleaños.

Y como adivinaran, no, no le voy a dar nada a mi hija por el día del Niño. Ella sabe que la amo y no voy a comprar su amor.


El Feminismo de las cabronas

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La figura paterna se ha venido muy a menos últimamente, por ese malentendido feminismo “cabrón” y lo etiqueto así porque abundan las páginas de Facebook donde se lee el orgullo de las cabronas o princesas chingonas. Estas páginas, con bromas fáciles de digerir que sitúan a la mujer en un sitial de inalcanzable, bella, perfecta hacen un lavado de cerebro que va creando la idea de que ser mujer es ser superior y cuando se es “cabrona” es porque no se necesita a ningún hombre porque ninguno “daría la talla”. De acuerdo a las edades de las cabronas, las jóvenes se autocatalogan como “princesas”. Las madres solteras se llaman a sí mismas “guerreras” o “heroínas” Pero si analizamos estas mujeres superiores que dicen no necesitar a ningún hombre pues son “mejores” o “así estamos bien”, veremos matices de traumas que explotan de modos diversos.madres separan a sus hijos de su padre
Las “princesas” no son más que niñatas queriendo llamar la atención de formas a veces suicidas y autodestructivas como la bulimia y anorexia, dicen no necesitar de un hombre, pues buscan la perfección que ningún novio les va a brindar. Otra clase de “princesa” son las que llevan como grito emblemático “yo porque puedo”, y llenan las redes sociales de fotos provocativas cuando aún no desarrollan sus cuerpos de adolescente. Estas chicas de formas más promiscúas, sin establecer vínculos de amor con ningun chico, vanalizan el sexo y no se “atan” a ningún compromiso.
En estos casos la princesa embarazada pasa a formas parte de las filas de las guerreras, las mujeres que son madres solteras, que sacan adelante a su hijo y lo educan formandolo como hombre de bien. Pero no siempre sale tan bien.

Cuando la “guerrera” salió embarazada a los 14 años, por su inmadurez obvia, no se siempre se dedica a su hijo como se debe durante los decisivos primeros años de la infancia. La vida libertina llama y está en la calle, así que la cambiada de pañales, control de tareas y alimentación del niño se delega a la abuela, Pero no quiero decir que toda madre soltera de 14 años es así. Algunas madres que lo fueron muy jovencitas trabajan, estudian, madrugan para dejar lista la comida de su hijo, se sacrifican por él. Pero insisto, no siempre es así, y lamentablemente los casos que abundan son las madres solteras que son negligentes con sus hijos, le hablan mal de su padre al niño, creando traumas en él, y se sienten satisfechas cuando logran que el odio sembrado en el niño germina y nos encontramos con el desagradable cuadro de ver un hijo rechazando a su padre sin darle oportunidad. Así el círculo vicioso se cierra, pues el niño con ese trauma se convierte en un hombre que no valora el compromiso de una familia unida, de una madre o un padre, o dos madres y dos padres que velan por el bienestar de los hijos. Justamente el niño se convierte en lo que la madre del niño vaticinó cuando le decía que los hombres son malos, son todos iguales y un cansón etcétera.

No pretendo juzgar, solo lo he escrito. No pretendo rodearme de un halo de santidad y ejemplo para las generaciones futuras. Los casos son tantos como tantas personas hay en el mundo. Solo menciono esto como casos que se dan y se reforzan por las páginas cabronas, que en vez de eliminar el machismo, lo refuerzan. Son las mujeres las que crían hombres machistas, así que mujeres, dejemos de considerarnos perfectas heroínas, porque somos tan humanas como cualquier padre que se haya equivocado. En otras palabras, no transmitan sus traumas a sus hijos.

Actualización:
Mi amiga de Facebook Agnódice de Atenas, compartió en mi muro esta opinión que aunque ella considera está refutando al artículo, yo pienso que lo enriquece y le otorga matices de humanidad más profundos que los que yo expresé originalmente.

Tiene lo suyo el escrito… Pero algo que quiero acotar, conociendo la tendencia e idiosincrasia de nuestro país (no en vano me la pase varios meses en comisarías de la mujer): la tenencia compartida empieza DESDE ANTES DE SEPARARSE, y que mejor sin separarse. Me explico: muchas mujeres cae en esa pesadez de dejar a sus hijos huérfanos de padre tras un divorcio independientemente de las causales que tuvo, y además los aniquilan moralmente con el Síndrome de Medea, algo que está mal, pero también hay padres que mientras tuvieron la oportunidad de ejercer como tales JAMÁS lo hicieron, y sólo cuando se separan de la madre de los hijos deciden “reclamar” el lugar que nunca tuvieron, como una forma de represalia, y que cuando lo consiguen, lo hacen sólo para delegar a la nueva pareja las responsabilidades por hijos que no son de ellas… De eso también quisiera que escriban… O los típicos padres ausentes, que están en casa pero se la pasan viendo tele por el “cansancio” del trabajo (cansancio que muchas de las madres, también trabajadoras o amas de casa a tiempo completo que no es poco, no pueden sentir o no tiene importancia como el de ellos). Aquí en Ecuador es bastante común, muy común. No me vengan con que no. Y no, no es machismo, no es “patriarcado”; es una tara de crianza que viene desde hace mucho tiempo, y que es difícil superar.
También hay, y lo han sacado a relucir así que no ahondaré mucho, madres oportunistas, descaradas, que toman la maternidad como forma de sacar lucro, y hombres nobles, padres de rigor, que no pueden criar a sus hijos.
Una visión amplia implica ver todas las posibilidades.
En mi opinión (insisto, mi opinión), mucho sesgo. Y eso del antifeminismo es tan pero tan fanático como el feminismo y machismo y cualquier ideología extremista.

© 2015, Pitonizza Punto Com. Licencia de uso: Atribución-SinDerivadas CC BY-ND

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Madre fuma marihuana para ser mejor madre

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Como respuesta a un artículo publicado por Cosmopolitan, una madre de tres niños (incluídos un par de mellizos de 2 años), comenta como la marihuana le ha ayudado a reducir el estress que esto significa, incluso mejorando sus niveles de intuición.

[Fumando hierba] me enojo más lentamente porque puede entender sus frustraciones, es como si viera a través de sus ojos. Ser un niño en edad parvularia puede ser un poco frustrante para ellos. Las cosas que parecen obvias para mí, no eran tan obvias para ellos. Ahora todos estamos mejor.

¡Tiene mucho sentido! Ella agrega que la ansiedad inducida por la paternidad es algo muy real y aliviarla con cannabis no es una idea descabellada en lo absoluto. No podemos estar más que de acuerdo.

Leelo en su idioma original en The Stoners Cook Book

© 2015, Pitonizza Punto Com. Licencia de uso: Atribución-SinDerivadas CC BY-ND

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